Hace unos días hablaba de una curiosidad matemática en las primeras cifras de la gripe A (H1N1). Los números parecían seguir una progresión geométrica de razón 1.6, pero como ya dije, la tendencia cambiaría ya que depende de diversos factores difíciles de predecir, y así ha sido desde entonces. Pero mi manía por establecer correlaciones entre números me ha hecho perseverar, y esta vez me lo he planteado de forma algo más seria.